Pequeños Montículos
No recuerdo exactamente a que edad se inició el proceso, pero sí recuerdo mi ansiedad frente al espejo para ver si habían aumentado. Hablo de mis senos, los que siempre me han llenado de orgullo y por los que hoy puedo decir, que gozo de una postura envidiable (¡¡me encantaba verlos erguidos!!) El proceso de crecimiento de mis pechos fue para mi espectacular, yo los vivía acechando, los vigilaba en cada cambio que tenían, en cada sensación que experimentaban y claro me sentía feliz, coqueta y vanidosa cuando notaba que un vestido o blusa en particular los resaltaba. ah ¡! y cuando mi tía Tata me dijo: “Te están creciendo las teticas...” yo no sabía si llorar de la vergüenza o correr ante el espejo a ver si era cierto. Confieso ser una mujer orgullosa de mis senos, desde que eran pequeños montículos, hasta que se convirtieron en hermosas montañas diseñadas para amamantar, lo que sin proponérselo también inducen a elevar la fantasía sexual masculina. Hoy veo con satisfacción...